Una de las sorpresas más grandes que nos llevamos de Marruecos fue el valle de las Rosas. Antes de ir ahí no sabíamos ni de su existencia.
El valle de las Rosas se encuentra a los pies del Alto Atlas y hay muchos pequeños (y no tan pequeños) pueblos en esta zona. Nosotros en concreto fuimos a Ibrahne.
Para llegar a Ibrahene, nosotros lo tuvimos muy fácil, ya que era parte de nuestra ruta de 3 días al desierto de Marruecos y por lo tanto nos llevó nuestro guía. A medida que nos íbamos acercando no hacíamos más que ver rosales (sin flores, ya que fuimos en diciembre). Todo el rato pensamos lo maravilloso que tiene que ser ir cuándo está todo en flor (aunque igual, ir en primavera, no es apto para alérgicos como yo).
Tras atravesar el valle de las Rosas, desviándonos apenas unos 5 minutos llegamos a nuestro Riad, donde nos recibió Hassan.
Nos alojábamos en el Riad Tazawa, que respiraba tranquilidad. Hassan nos dio la bienvenida con un té, como es habitual el Marruecos, en los jardines del Riad. Los jardines eran muy agradables y no pudimos estar más a gusto.
Más tarde, dejamos las cosas en nuestra habitación (que tenía unas vistas increíbles del valle) y Hassan se ofreció a enseñarnos los alrededores.
Los alrededores, al igual que el Riad en sí, respiraban paz y tranquilidad y el atardecer sobre el valle mientras Hassan compartía su cultura con nosotros fue increíble.
Después de este paseo y de ver el atardecer, llegó la hora de la cena, una cena típica bereber al calor de la hoguera (al ser diciembre, cenamos en el interior, eso sí). La cena estaba deliciosa, y fue bastante abundante (con todas las fuerzas que teníamos que reponer no nos vino nada mal).
Finalmente nos fuimos a dormir, y al día siguiente desayunamos también el Riad. A pesar de que la cena había dejado el listón muy alto, el desayuno superó también nuestras expectativas y cogimos fuerzas para el resto del día.
Nosotros nos quedamos una sola noche en este valle (al ser parte de la excursión), pero la verdad es que nos gustó mucho y tenemos intención de volver a pasar más tiempo. No solo por la tranquilidad del sitio, si no que además, Hassan nos comentó, que según cuánto tiempo te quedaras, tenían diferentes actividades (y además para todos los públicos). Nos contó por ejemplo, que hacía poco, una familia había pasado ahí dos noches y tres días, entre otras muchas cosas, habían aprendido a hacer el pan típico bereber con una familia del pueblo (no me importaría para nada aprender a hacer ese delicioso pan).
Para que os hagáis una idea, así era el Riad Tazawa donde nos alojamos:
Nosotros fuimos con la excursión que teníamos contratada desde España, pero también puedes reservar por libre desde Booking.
Tanto si viajáis por libre como si viajáis con una excursión, ya sabéis que siempre es mejor viajar con seguro (por lo que pueda pasar). Aquí tenéis un 5% de descuento en Iati Seguros.