Airbnb causa polémica allá por dónde va. Aunque es una gran herramienta para viajeros, que junto con las compañías aéreas low cost ha conseguido facilitar viajar a mucha gente.
Airbnb es una de las plataformas con las que más reservo cuando voy de viaje, tanto por Europa como por otros continentes.

Lo he probado tanto con un piso entero, como con habitación privada dentro de un piso (compartiendo baño en algunos casos). Siempre mis experiencias han sido buenísimas, algunas muy destacables como en Bruselas que nos dejaron hasta desayuno. Otra buena anécdota fue en Casablanca que aunque alquilamos habitación con baño compartido, iban a pasar a alquilar la casa entera y en lugar de cancelarlo (para ganar más alquilando la casa entera) nos lo dejaron al mismo precio.
Solo ha habido una ocasión en la que la experiencia fue algo más regular, en la que simplemente nos cancelaron la casa que teníamos reservada un mes después de haberla reservado. Sin embargo, nos devolvieron el dinero sin problema y aún quedaban más de dos meses para el viaje, así que teníamos bastante margen.
Es una manera económica de seguir viajando (y cuanto más económicos puedan ser los viajes, más se puede viajar, que eso siempre es positivo).
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