Akumal es de estos sitios que te dejan un sabor agridulce y no te queda claro si te ha gustado o no.
Fue una experiencia bastante chula y a la vez decepcionante en México. Era uno de los sitios a los que tenía claro que quería ir por las recomendaciones que me habían dado y supongo que eso puso las expectativas bastantes altas.
Digo que ha sido una experiencia chula por razones obvias, he visto tortugas, mantas y pececillos de colores en Akumal ¡Superchulo! Y digo también decepcionante porque me esperaba una playa bastante más tranquila, estaba llenísima de turistas. Ver a las tortugas más que algo natural era un auténtico show.
Supongo que ir en temporada alta ayudó a que estuviera tan masificado, pero la cantidad de gente que había era exagerado.
Para ver las tortugas, había dos posibilidades, coger un guía que te lleva a zonas más apartadas (sin traspasar la zona completamente restringida) o intentar verlas por libre (siempre siguiendo las normas para no molestar a las tortugas) en un espacio ligeramente más reducido. Para ambas posibilidades tenías que pagar un acceso a la playa de 100 pesos (algo menos de 5€).
Nosotros decidimos ir por libre, y sinceramente, viendo lo que vimos de los que iban con guía, me parece mucha mejor opción. Los grupos con guía eran grupos de unas quince personas aglutinadas en torno a la pobre tortuga, incluso un chico (espero que sin ser consciente de cómo puede afectar) acercaba su palo selfie a la tortuga a apenas cinco centímetros sin que el guía le recomendara lo contrario.
Para mi gusto, si vas a Akumal, tienes que hacerlo bien informado, para no dañar/molestar a las tortugas u otros animales y puedes hacerlo perfectamente por libre aunque la verdad, en temporada alta no volvería debido a la masificación.
Estoy segura de que en la costa de la península del Yucatán hay otros muchos sitios donde poder disfrutar de la vida marina sin necesidad de ser tantísima gente alrededor de los mismos animales. Lo mejor es dejar que sean ellos los que se acerquen a ti y no tu a ellos.