Desde hace ya bastante tenía Ámsterdam en mi lista de destinos pendientes. Y por fin he cumplido con ello, además, para compensar mi tardanza, disfruté de cuatro días (bueno tres y medio entre el viaje de ida y el de vuelta) en la ciudad. Esos cuatro días los aprovechamos al máximo y a nuestro ritmo, esto fue todo lo que hicimos:
Día 1
Llegamos sobre las 11 de la mañana a Ámsterdam, dejamos nuestras maletas en el apartamento que habíamos cogido a través de Airbnb (no muy recomendable), comimos en un restaurante cercano a nuestro apartamento llamado Hummos & Zo ¡riquísimo el hummus y el falafel! y fuimos directos a hacer un Freetour.
El Freetour partía desde la céntrica plaza Dam, lo hicimos con Sandemans y nuestra guía fue genial, hizo el tour muy ameno, divertido y nos recomendó un montón de sitios.
Al terminar el free tour paseamos por el famoso barrio rojo (en el que ya no se no pueden entrar con grandes grupos guiados por lo que no lo vimos con el free tour). Por último, cenamos en Ocha, un tailandés muy auténtico en el centro de Ámsterdam (por cierto, aquí tenéis un post sobre sitios dónde comer en Ámsterdam).
Día 2
El segundo día, puesto que era domingo y sospechábamos que el centro de Ámsterdam iba a estar bastante abarrotado, decidimos escaparnos a las afueras de la ciudad.
Hicimos una excursión por la campiña holandesa con la empresa de tours Sandemans.
En esta excursión visitamos cuatro pueblos de los alrededores: Zaanse Schans, Edam, Volendam y Marken. Primero visitamos Zaanse Schans, del que podría decirse que es un museo al aire libre de cómo se vivía en Holanda hace años. La zona llena de molinos es de lo más fotogénica.
Después visitamos un pueblo de lo más famoso por sus quesos, Edam. El pueblo en sí es pequeño y se recorre en un suspiro, pero es un pueblo de lo más encantador. Hacia la mitad del día hicimos una parada en una fábrica de quesos y zuecos (sí, era turistada total), pero qué ricos estaban los quesos. Al final cayó un queso de pesto y otro de trufa (con la pasta está que te mueres).
Terminamos la mañana con los pueblos pesqueros de Volendam y Marken. Unos pueblos al lado del mar, también muy pequeñitos y con muchísimo encanto, eso sí, la lluvia no nos dejó disfrutar de estos dos pueblos como hubiéramos querido.
Sobre las tres volvimos a la ciudad y comimos en el lado norte del río, en una hamburguesería llamada The Butcher.
Después de comer, dimos un paseo por los canales y fuimos al MOCO Museum, el museo de arte moderno y contemporáneo de Ámsterdam. Es bastante pequeño y se ve en seguida, ¡un truco! si vais después de las 5 de la tarde, la entrada será algo más barata (las entradas a los museos en Ámsterdam son bastante caras).
Para terminar el día, paseamos por Jordaan y cenamos por el centro, en Café Van Kerkwijk.
Día 3
Nuestro tercer día en Ámsterdam lo empezamos visitando el lado norte de la ciudad, la zona de NSDM. Esto es un astillero abandonado, lleno de street art, concept stores y estudios de diseño. Nosotras fuimos un lunes, pero según nos contaron, el fin de semana y con buen tiempo gana mucho.
Nos quedaba por visitar la casa más estrecha de Ámsterdam, en el canal Single número 7, ¡solo mide un metro de ancho!. Visitamos también el barrio chino, y el complejo de Bejinas que hay en la ciudad de Ámsterdam. Comimos en un restaurante llamado Cannibale Royale (encontrarás varios en Ámsterdam).
Por la tarde fuimos al conocido mercado de las flores, donde había más souvenirs que flores. Y terminamos el día con otra de las típicas cosas que hacer en Ámsterdam, dimos un paseo en barco por los canales.
Día 4
El cuarto y último día solo íbamos a estar en Ámsterdam por la mañana así que aprovechamos para visitar una de las pocas cosas que nos ha faltado en este viaje, el Rijksmuseum, comimos en el centro de la ciudad, paseamos por última vez por los canales y volamos de vuelta a Madrid.
Aunque hayamos aprovechado al máximo la ciudad estos cuatro días, Ámsterdam siempre deja ganas de más, así que sin duda será una ciudad a la que volveré a disfrutarla un poquito más y dónde repetiré los sitios imprescindibles que más me han gustado.