Cuando nos decidimos por viajar a Maldivas para bucear, teníamos muy claro que queríamos ver tiburones y corales. Las mantas por supuesto nos hacían ilusión, pero siendo sinceras, no era por lo que más emocionada estaba. Ahora una vez hemos vuelto tengo que decir que probablemente los encuentros con las mantas hayan sido mis favoritos.
Nuestra primera estación de Limpieza
El primer encuentro de día con mantas fue en una estación de limpieza. Las estaciones de limpieza están en la parte superior de los corales, y vienen grandes pelágicos a que pequeños peces los desparasiten. Entre esos grandes pelágicos suelen estar las mantas. Ver una manta de cerca por primera vez es imponente. En la primera estación de limpieza que fuimos, nos pusimos en semicírculo, nos enganchamos con un gancho de corriente ¡y a disfrutar! estábamos como a unos 6/8 metros de la manta, la visibilidad no era la ideal pero pudimos quedarnos a observarla una media hora ya que no estábamos muy profundos. Es increíble lo grandes que son y el movimiento tan hipnotizante que tienen.
Sorpresa entre corales
Estábamos muy contentos con ese primer encuentro en la estación de limpieza pero no sabíamos que al día siguiente nos esperaba un encuentro aún más especial. Estábamos buceando entre preciosos corales de mesa, entreteniéndonos viendo peces payaso y otros pequeños pececillos cuando de repente vimos una gran sombra a lo lejos. Efectivamente era una manta, bueno, en realidad luego nos dimos cuenta de que había varias mantas, pasaban por encima nuestro sin ningún problema, iban, venían y nosotros nos quedábamos ahí, agarrados a una roca para evitar que nos llevara la corriente y cerquita del fondo para molestarlas lo mínimo posible en su nado (y evitar así espantarlas). Las vimos cuando llevábamos unos 10 minutos de inmersión, todavía me quedaban más de 150 bares, yo sentí que fueron 2 minutos, pero cuando quise darme cuenta, me quedaban 50 bares y llevábamos más de media hora disfrutando del espectáculo ¡se me pasó volando!
Inmersión nocturna con mantas
Una de las inmersiones más especiales de todo el viaje a Maldivas fue la inmersión nocturna con las mantas. Por la noche, encendimos las luces del barco, esto atrae al plancton que es el principal alimento de las mantas y claro, si tenemos suerte, atrae a las mantas. Y nosotros tuvimos suerte. Se acercaron dos mantas a alimentarse del plancton que atraían las luces, cuando estuvieron un rato y vimos que estaban tranquilas, tocaba bucear con ellas. Nos pusimos todos los buceadores en un semicírculo, con las linternas apuntando hacia arriba y las mantas pasaban de un lado a otro, nos rozaban las cabezas cuando pasaban por encima nuestra. Estaban a gusto con nuestra presencia y nosotros con la suya todavía más.
Cuando terminamos la inmersión todavía teníamos ganas de más así que nos fuimos a hacer snorkel con ellas para disfrutarlas un ratillo más y como guinda del pastel ¡vino un tiburón nodriza a saludar también! ¡una experiencia preciosa!
Mantas a vista de pájaro
Cuando buceas en Maldivas es muy fácil ver mantas, y lo mejor de todo es que no solo buceando, si no que puedes hasta verlas a vista de pájaro. Si te vas fijando en el mar puedes ver las mantas incluso desde fuera del agua ¡increíble! de hecho uno de los buceadores que venía en el barco con nosotros tenía un dron, y un par de veces que grabó con él desde el cielo ¡sorpresa! ¡Mantas a la vista!
Maldivas es un sitio ideal para ir a bucear para ver no solo tiburones y corales si no también mantas, un encuentro sorprendente y emocionante.
Eirixy - Viajes & Buceo 